miércoles, 11 de octubre de 2006

Así se robó Carnaby Street

Digámoslo alto y claro: ¿quién se está lucrando con la locura de Leopoldo María Panero? ¿Quién está detrás, quién gestiona sus derechos de autor? ¿Quién le echa azúcar al café tras el que ha de ir a firmar a la feria del libro? ¿Quién le hurta las monedas de su creatividad tutelada o se la paga con un puñado de cigarrillos?
Leopoldo María Panero es un hombre solo rodeado por buitres que hacen befa del cadáver de su mandíbula. Leopoldo María Panero es un hombre sin tarjeta de crédito. Leopoldo María Panero vive a ratos en un manicomio en el que la comida es aceitosa y está preparada por una empresa nacional de catering. Primero, Felicidad; luego, el poeta italiano; y ahora, ¿ahora quién? El Estado enajena los derechos de los locos para repartirlos entre sus familiares y amigos, ¿pueden los locos enajenar al Estado? ¿Sacarlo de quicio al menos?
Reímos, pero mientras la risa se coagula en nuestros labios, Leopoldo María Panero sigue sin tener aún pagado su próximo entierro.
D. Ferdydurke, Madrid 2006.

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