sábado, 25 de noviembre de 2006

Aeropuerco

En relación a la duda que surge al plantear si la matanza tradicional del cerdo cabe en un mundo moderno, me pregunta mi padre si todavía hay quien se dedica a despellejar ratas para las hamburgueserías de moda, porque -continúa diciéndome con ironía- lo que sí es cierto es que se siguen exportando a Inglaterra los malos galgos de caza para hacer las veces de animales de compañía dicen, y puede que sí, o para hacer bigmacs, que es seguro -afirma él.
Para mí eso no es lo más desagradable. Meterte el miedo en el cuerpo y secuestrar tus libertades sin más explicación que la que se supone que tú te has de dar: es lo correcto y necesario para preservar nuestras propias vidas.

Lo que diga mi padre o lo que diga yo no es valido y es posible. A partes iguales. Al final queda la humillación: andar descalzo en aeropuertos para que tus zapatos pasen control de seguridad o comer el menú sin cubiertos. Qué más da.

A. Fr.

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