domingo, 4 de marzo de 2007

Mucho ruido y muchas veces

Hace años, no muchos, un niño regordete y pedorro se sentaba en la parte de atrás de la clase de octavo de EGB en un triste colegio zamorano; se sentaba solo y prestaba una divina atención a lo que la señorita explicaba a todos los alumnos y que él recogía para sí mismo con devoción y egoísmo. Apoyaba los codos en la mesa, miraba al cielo, hundía los puños en sus mofletes rechonchos e imaginaba: quiero saber de todo, señorita, yo quiero escribirlo todo, porque voy a ser comentarista de pelis en blanco y negro, columnista del ABC y también porque quiero ganar el Planeta, ¡Dios te salve maría, quiero chuparte las tetas! Todo esto pasaba por su cabeza. Yo le miraba con intriga y devoción. A veces se la pelaba en clase (por eso se sentaba siempre en la parte de atrás) pensando en todos esos coños que años más tarde le harían famoso: el de la profesora de instituto, el de la tenista, el de la bibliotecaria, el de la parturienta, el de la señora Casilda que cumplió ochenta y tantos años, etcétera.

En la Universidad, en Salamanca, ya pajero adulto, lanza en astillero, adarga Vaticana, misa dominical y caniche maricón, hizo una disertación excelente del sexo femenino, pero atacó el tema con dilema y al final con cobardía: retrató los coños más sofisticados; se olvidó, por ejemplo, el de la tía Casilda, muerta ya, con el que se la peló tantas y tantas veces tras ese pupitre postfranquista de madera carcomida en aquel colegio Zamorano.

La última vez que supe de él fue una fría noche de diciembre, en un burdel en el centro de Madrid. Yo fornicaba tranquilamente con una chica brasileña que, entre envestida y desvestida (me gusta empezar a follar con ropa puesta y después ir haciendo, que decía Perico Delgado), me contaba que era dentista especialista en implantes. Yo no le prestaba demasiada atención, me seducía más la sabiduría de sus caderas y el oleaje de sus pechos que sus habilidades cirujanas. Me corrí dentro de su valle carioca y le dije buscando su consuelo: no te preocupes, no te sientas sola en este puticlub, se respira aire de educación y cultura entre las paredes de este edificio, creo que en la habitación de al lado hay un premio Planeta; no ha hecho más que gritar: ¡Chesterton, Cheserton, yo lo hago mejor! Ahora gruñe y demanda en la damisela, para la próxima vez, unas bragas limpias con la bandera de España bordada en relieve, por la parte de delante, y la foto de Josemari en la parte de atrás, para que no vea nada. La fe es ciega. Unas bragas rojigualdas que le den al acto de fornicación unidad y honor, que le devuelvan al acto parte de su fuerza primigenia.

La culpa la tienen los padres, que nos educan en la tradición cristiana de la fe y el trabajo. Qué asco.

domingo, 18 de febrero de 2007

sábado, 17 de febrero de 2007

TV license

Joe se está jabonando el sexo, está metido en el mar y el agua le llega hasta las rodillas. Joe se siente seguro de sí mismo y por eso se jabona también los sobacos con mucha naturalidad; lo hace delante de la cámara. Son imágenes rodadas para Shipwrecked, un programa que se emite en Channel4 sobre unos chicos musculosos e intrépidos y unas chicas muy guapas con cuerpos lascivos que habitan y se pasean semidesnudos por una isla bañada por aguas transparentes y cielos de una azul interminable.

John Lennon afirmó que la televisión era el mayor invento de la humanidad. Lennon tenía su Yoko y todo acabó ahí. Ya hace tiempo del Guardian entre el Centeno, ya hace tiempo de lo nuestro, y, aunque aún vengaría tu muerte, no puedo negarlo: I don´t believe in John; pero no es por lo de la tele, sé que tú no te la imaginabas así.

Ahora tres chicas se meten en el agua, se quitan la parte de arriba del bikini; son Sophia y Fiona, se exhiben al sol y a los ojos de todos los televidentes. Simulan ser lesbianas. Son gilipollas. Cierro los ojos y me hago una paja; el sexo moderno cada vez se aleja más de la imaginación y la fantasía, se ha convertido en algo inmediato, aburrido y multimedia.

Me preparo un café y vuelvo a la carga; me siento en el sofá, me lío un cigarro con un poco de maría y me relajo. Es sábado por la mañana y no tengo fuerzas para hacer nada más. El trabajo te absorbe tanto el cerebro y la autoestima que no queda el mínimo atisbo de trabajo intelectual posible en tus días libres. Las empresas en el sector privado te retribuyen más y más si tú les das más y más. Tanto das tanto te dan. Un aumento de sueldo significa una mayor explotación, una dedicación mayor de las horas de tu vida a la vida de la empresa. Los grandes ejecutivos que se han hecho a sí mismos, que han crecido, los que han empezado en lo más bajo y están llegando a lo más alto, trabajan de 8 am a 10 pm, de lunes a viernes y los fines de semana para emails y planificación del trabajo de la próxima semana. El resto del tiempo, algún día libre y vacaciones, dedicado íntegramente a la cocaína (un vicio cotidiano que en vacaciones recibe una dedicación exclusiva) y al turismo paradisíaco en alguna Isla del pacífico.

Ha llegado un nuevo concursante, un primer plano le delata: acude religiosamente al gimnasio todos los días, tienen unos abdominales marcados y está depilado, de las cejas a las uñas de los pies, a la altura de su pecho aparece un rótulo en azul oscuro: Ben 23 (no sé si es su edad o los centímetros de su polla, pero me decido por lo primero porque en aquí no suelen medir en centímetros). Ben acaba de llegar a la isla y ya ha tenido que ver a uno de los antiguos náufragos beberse su propia orina, lo ha hecho con toda la naturalidad del mundo. Y todos se han reído con él. Ha pasado la prueba.

Cambio de canal porque lo del orín me ha dado mucho asco. En la BBC1 ponen un avance informativo: un adolescente ha sido tiroteado ayer, posiblemente, por otros adolescentes. Hace unos meses un chico negro de catorce años fue acuchillado a escasos metros de mi casa. Las pistolas y las armas blancas se han puesto de moda entre los adolescentes. Si la educación se está deshumanizando, en pocos años la sociedad estará totalmente deshumanizada, cada vez será más fácil matar sin ningún sentimiento de culpa adicional. Todos pueden matar, hasta los niños lo hacen.

Vuelvo al Chanel4, al fin y al cabo, lo de beberse el ácido úrico no está tan mal. Todos se han reído de Ben apenas ha gesticulado, no le ha dado nada de asco. El programa ha avanzado hacia la noche, todos bailan y practican juegos eróticos. Este programa se emite en Chanel 4 los sábados por la mañana, cuando la mayoría de la audiencia es adolescente o estúpida, o las dos cosas a la vez.

Lianne es una rubia con muchas posibilidades: no sé si para ganar o para tirarse al tío más bueno que Stevie (es el más introvertido e interesante, guapo y, en el fondo, muy egocéntrico), pero su inteligencia la delata, es capaz de lo mejor y de lo peor: de depilarse las piernas sentada entre las rocas, cerca de la playa, y de confesarse ante la cámara en un primer plano de sinceridad y estupidez: quiero carne, son demasiados días aquí comiendo mierda y ahora quiero carne.

Sólo me gusta el programa cuando salen las chicas, los chicos son más aburridos y no se critican nada entre ellos ni vierten opiniones polémicas contra la audiencia ni contra algún grupo social.

Lucy Buchanan, una de las concursantes más inmaduras y polémicas, dijo que ella es británica, que la gente negra y de otras culturas que han llegado a Inglaterra lo están complicando todo y que estaría a favor de una vuelta a la esclavitud, pero sé que eso no va a suceder.

Los espectadores han protestado, hasta 590 protestas por estos comentarios. Nada más, ninguna protesta alguna otra cosa más, sólo quejas por estos comentarios.

A las dos ponen American Idol. También salen chicas cachondas.

sábado, 10 de febrero de 2007

La vaca que ríe

Tan triste como el poema: me compré una peli porno, la elegí por su portada, no decía nada, puede ser una tarde paseando por ahí, sin nada que hacer; esto no significa que yo sea feliz a mi manera, una cosa son las tardes y otra mis sonrisas.

Recité la poesía a pies juntillas y me he traído la peli porno a casa (también Bananas, de Woody Allen, por la oferta del dos por uno). La foto de portada del DVD podría ser la visión de cualquier neonazi pajillero de nuevo cuño: un bodegón de carne y hueso de la nueva Europa comunitaria, los países del este que se unen al club del capital y el bienestar: un rubio joven mancebote, fornido a base de clembuterol en inyecciones caseras, abraza con fuerza y decisión a una joven semidesnuda, con rasgos tan frágiles que podría ser francesa y zapatos italianos a juego con sus ojos; la sodomiza por detrás (o eso simula), le hinca el miembro con un entusiasmo exacerbado, como el del polaco que consigue su primer empleo en Café Nero.

Recuerdo que presencié una de las últimas inseminaciones que se llevaron a cabo en Europa a una vaca lechera en acto de fornicación natural: directamente por el pene del toro, sin veterinarios ni pipetas de por medio. No recuerdo bien el año, fue a principios de los 90. Los dos animales sabían que alguien les observaba, pero no tenían conciencia de quién era realmente. Mediaba entre nosotros una barrera difusa: la psique animal.

Entre los dos actores porno de la portada y todos nosotros media una especie de psique audiovisual intuitiva, también difusa. En el mundo del porno no hay un fin reproductor y en las granjas el veterinario sustituye al pene del semental.

Al final de la tarde queda una extraña ecuación con diferentes términos imprecisos; la incógnita es el deseo sexual mancillado por la inmediatez y los veterinarios.
C. Índico, Londres 2007

miércoles, 31 de enero de 2007

Maruja Piruja

A mí, Maruja Torres, en sí, me mola. Es entrañable. Siempre me ha recordado a la hermana de la peluquera de un pueblo cualquiera de Toledo, a la amante garrula de mi tío el viudo, a la menopaúsica de somnífero y vibrador a pilas alcalinas, a la Sofía Loren de barra (del Bar Pepe, por ejemplo), a la tía abuela que se fue a vivir al París de los sesenta y vino con herpes hasta en los sobacos.
Hoy caminaba por el Soho y Daniela me comentaba lo del artículo de Maruja sobre el ego que supuraban los muchos blogs que la columnista del País había tenido oportunidad de visitar. Todo el mundo sabe que el ego sólo es propio de los que escriben en los blogs; los escritores y columnista, por ejemplo, no tienen ego. Creo que el ego no es necesario para escribir un libro. No, al contrario, escribir libros o artículos es un ejercicio de modestia y de admiración al prójimo, al que te vende el papel A4, al que te regaló la Olivetti con la letra e estropeada (siempre es la primera letra que te falla), al negro que escribe por ti y que te encula si se tercia, a tu editor, al librero de tu barrio, a Pablo Cohello que siempre venderá más que tú, al columnista de La Razón y a los poemas de tu prima la cachonda; con todos ellos te recreas, te masturbas y te corres, porque te gustan. Sin embargo, con tus columnas y tus novelas es otra cosa; las escribes, las lees por encima y te sale un vaya, no están mal, pero otro lo hubiese hecho mucho mejor. Tú, cuando escribes, no te pones el supositorio de ego, te cagas y ya, y otro libro que me salió y qué bueno que parece y a lo peor lo ponen con otros libros en una cesta on sales y se lo compra un bloger que pasaba por allí (por dos con cincuenta y no pago más que es de Maruja y yo escribo mejor que ella).
Querida Maruja, hoy paseaba por el Soho y vi a tus dobles: a tu versión cantonesa, a tu gemela Tailandesa, a doble bolchevique y a una actriz naturópata ex amante de Echenique. Todas ellas llevaban el espíritu crítico que toda Maruja lleva dentro, muy adentro y sin maldad.
Pero, a pesar de mi pataleta, Maruja en su columna tiene razón, y se merece un respeto al igual que el Papa un atentado. Pero eso es otro tema.

martes, 9 de enero de 2007

El iPodAno

Vivimos el desgarrador avance de la tecnología, para bien o para mal, para matar o para amar, con un entusiasmo entumecido. Solamente nos conformamos con los avances que las grandes multinacionales nos brindan con cuentagotas, tratando de exprimir al máximo sus descubrimientos, anulando y ridiculizando el avance anterior con una novedad que se nos antojaba inverosímil.
El cínico y genial Alejandro Jodorowsky se muestra iPodista sin complejos: que pongan en su casa un altar y que veneren al iPod, ese es el Dios actual. Yo soy un iPodista, todos somos iPodistas hoy, porque el iPod te permite escuchar música, ver vídeos y películas, pronto va a ser teléfono y vas a poder recibir un email. Ojalá los jóvenes tuvieran un iPod mental.
Hoy se ha presentado en San Francisco el iPhone, un iPod que llevará acoplado un teléfono móvil para hacer las delicias del hombre moderno, incluyendo además email y TV. Esta vez, el hombre moderno, hedonista envarado, no debería conformarse. Demandemos un pene vibrador o una vagina de silicona acoplados al Ipod; le llamaríamos IpodPene en azul y verde, Ipodcoño al fucsia, y dejaríamos el color gris para el iPodAno; así se llegaría a todos los sectores del mercado. Steve Jobs, consejero delegado de Apple, seguramente sabe de estos avances, pero se los guarda para el futuro.

domingo, 7 de enero de 2007

Ana María en libertad

Ana María, la gallega que el pasado mes de noviembre fue detenida por llevar munición ilegal en su maleta y estuvo casi dos semanas entre rejas en una prisión de Cancún, se ha desnudado para interviú. Al final fue la mafia, o sabe Dios, quien le había colocado esos dichosos cartuchos no percutidos en su equipaje, ella no tuvo nada que ver, pero ella tiene dinamita para rato. A algunos de sus vecinos no les ha gustado el desnudo: “falta de moral de la sinvergüenza, todo el apoyo que le dimos y ahora esto”. Ahora esto, una muestra de gratitud por su parte, un desnudo en libertad, vosotros os movilizasteis por vuestra galleguiña inocente y ahora os moviliza ella. Clandestina. Unas tetas maravillosas en portada. Una fantasía sexual en esa cárcel de mujeres, todas inocentes, todas fotografiadas... Te quiero Ana María.

viernes, 5 de enero de 2007

Queridos Reyes Magos

DEBATE

¿Le parece bien que los niños crean en los Reyes Magos?

Resultados»

Este es el debate que elmundo.es propone hoy a sus lectores. Sobre las once de la mañana miré los resultados y me sorprende que a esta hora (son casi a las ocho de la tarde) resista con fuerza ese 7% de lectores que les parece mal que los niños crean. De todas formas, el próximo domingo se publicarán las opiniones de los lectores, justificando su votación.
¿Este tipo de encuestas pone de manifiesto que la cosa no está mal del todo o, por el contrario, que existe la implícita sensación común de que estamos sumidos en la estupidez absoluta?

La máquina desde picar carne propone otro debate:

DEBATE

¿Cree usted que el acto de canibalismo que tuvo lugar ayer en la prisión francesa de Ruán, donde un interno se comió el corazón de su compañero de celda, ha tenido un móvil sentimental o gastronómico?

Sentimental Gastronómico Votar Resultados»

jueves, 4 de enero de 2007

La promesa de Villepin



Francia reconocerá el derecho a exigir al Estado una vivienda ante los tribunales.
"En una primera fase, que entrará en vigor a finales de 2008, beneficiará a las personas en situaciones de extrema dificultad, sobre todo los sin techo, pero también a los trabajadores pobres y mujeres solas con niños".- Dominique Villerpin, Primer Ministro francés.
La medida, que puede ser tomada como electoralista, podría ser más eficaz y efectiva si este derecho a exigir se llevase ante los bancos y promotores inmobiliarios. El estado y los tribunales poco van a poder hacer. Chabolas, puede.

miércoles, 3 de enero de 2007

Fase Terminal

"Qué cojones me cuentas de ETA, esos dos pobres hombre están muertos, mis dos compatriotas están tapados por los escombros y por el debate político. No se trata llegar a una solución para evitar muertos, se trata de hacer política y los muertos son sólo un elemento más del debate".

Esta mañana hablé con un señor ecuatoriano que trabaja en la cafetería dónde suelo desayunar.

martes, 2 de enero de 2007

El show de Sadam

A miles de kilómetros del lugar donde me encuentro han ahorcado a un dictador pocas horas después lo he visto en la pantalla de mi ordenador. He sentido un trágico escalofrío cuando la soga le vestía el cuello. Al final ese tirano con bigote ha resultado ser un hombre, de carne y hueso, y los locos que le rodearon durante la ejecución también lo eran. No era ficción. El avance tecnológico y de la humanidad, de lo humano, debería ser paralelo y distanciarse, como mucho, por milímetros, pero no es así. Hace tiempo el primero ha perdido de vista al segundo y temo que nunca se vuelvan a encontrar.

lunes, 1 de enero de 2007

viernes, 29 de diciembre de 2006

Sadam on sale

Hoy o mañana o dios dirá, pero vas a volar. Vas a volar lento, a centímetros del suelo y girarás sobre ti mismo eyaculando en aspersión semillas de mandrágora nuclear y crecerán en derredor, al fin, armas de destrucción masiva: misiles fálicos de ida y vuelta: de Irak al culo de algún siniestro presidente americano. La sangre no se detiene. Sadam, te van a matar. Y a continuación: tu cara condenada a la máquina mundial de impresión sobre rojo textil. Azores-USA-CandemTown. Querido Sadam, serás mártir de cara armada y perfil siniestro. Te queremos ver en las camisetas de mercadillo, seis libras en el market de Camden Town, junto al Che cibernético, a Alex y sus drugos de la naranja mecánica, a la moto Vespa tricolor. Sabía yo de este final. Han sido muchos meses en las portadas de periódicos y en las páginas interiores. Cada día. Siempre te sacaban con esa cara de loco envenenado; esos ojos díscolos y ese gesto endemoniado cual si fueras el Saturno devorando a su hijo, devorando a tus chiíes. Nos han preparado para odiarte y no era necesario, ya te odiábamos tal cual. Ahora te lloramos con piedad y te añoraremos con la modestia de Jonathan Swift. No te preocupes Sadam, una vez muerto, te van a amar hasta la saciedad. Palabra del tribunal de casación y bendición.

jueves, 14 de diciembre de 2006

Cirugía animal

En una mesa camilla en África le practican la circuncisión a un menor, es costosa y arriesgada, no por la maniobra en sí, sino por realizarse en ese continente. Médicos especializados han descubierto que ese corte reduce a la mitad el riesgo de contraer el VIH. La señora Maruja escucha la noticia con asombro: un 50% no está mal, pero costará Dios y ayuda que no veas. Mientras concateno bostezos meneo el mando a distancia: en la tele operan a un loro a vida o muerte. Los ecologistas coinciden en que el delfín de aleta blanca ya no está en peligro de extinción, ha desaparecido definitivamente. Es el primer cetáceo que desaparece. Las especies animales no toman ejemplo de príncipes y princesas, que aunque mueren permanecen. En el informativo de las tres y media un señor de Scotland Yard afirma tras un elegante atril que la muerte de la princesa Diana vino fue fruto del hostión debajo de un puente y de nada más. Alfayet, rotundo, se opone: fue fruto de una conspiración. Solamente por este idealismo y esta lucha antisistema demostrada por el gran magnate, todos deberíamos visitar sus carnicerías en Harrods. A treinta libras el kilo de carne circuncidada.

Los poetas, los matemáticos menos dañinos de este mundo, también están en peligro de extinción. "La publicidad es la poesía de nuestro tiempo". Un gran vaso de leche en cada tableta…

Póntelo, pónselo.

Etc.

lunes, 11 de diciembre de 2006

Open 24 seven

Nos imagino desnudos frente al mordisqueo canino de esas grandes multinacionales textiles o de software informático o de bebidas isotónicas o de medicamentos pérfidos o etc; miramos asustados y nos meamos en los pantalones cada vez que un pedazo de carne nos cae cerca. Nos encontramos en medio del fuego cruzado, sin tener nada que ver con ninguno de los dos bandos. Simplemente esquivamos las balas, colaboramos en la recogida de cadáveres, incluso cargamos las pistolas que otros disparan. La artillería es automática y se extiende de forma piramidal. ¿Y ese placer que les produce ver sangre, ese orgasmo del degüello, de la producción en masa? [...] Se sitúa a cada uno de los francotiradores en fila india, a la mínima se mueven y les entra un tiro por nuca. Sin remedio han de seguir firmes y disparando sin parar. Y el último de todos no es nadie, su posición está vacía y cubierta por el miedo, porque la existencia de Dios está más aniquilada hoy que nunca. Vuelvo a casa derrotado, en el N 159, con más gente que me ignora, que se ignora.
Reflexiones de autobús, de C. Indico.


Y como se acerca la navidad... hoy tuvimos cena de confraternización en mi empresa; chicas bailando y moviendo sus apetitosas carnes como sacadas de un videoclip cutre, desfiles al baño de dos en dos, todos y todas con sus putas cámaras digitales retratándose entre sí como si no se fuesen a volver a ver jamás, todos y todas con sus malditas sonrisas embusteras. Todo era tan predecible. Me ha dado tanto asco que llegué a vomitar hasta tres veces en media hora. Después seguí comiendo, bebiendo vino y vomitando hasta que casi se me salieron los ojos de la cara.

sábado, 25 de noviembre de 2006

Aeropuerco

En relación a la duda que surge al plantear si la matanza tradicional del cerdo cabe en un mundo moderno, me pregunta mi padre si todavía hay quien se dedica a despellejar ratas para las hamburgueserías de moda, porque -continúa diciéndome con ironía- lo que sí es cierto es que se siguen exportando a Inglaterra los malos galgos de caza para hacer las veces de animales de compañía dicen, y puede que sí, o para hacer bigmacs, que es seguro -afirma él.
Para mí eso no es lo más desagradable. Meterte el miedo en el cuerpo y secuestrar tus libertades sin más explicación que la que se supone que tú te has de dar: es lo correcto y necesario para preservar nuestras propias vidas.

Lo que diga mi padre o lo que diga yo no es valido y es posible. A partes iguales. Al final queda la humillación: andar descalzo en aeropuertos para que tus zapatos pasen control de seguridad o comer el menú sin cubiertos. Qué más da.

A. Fr.

miércoles, 11 de octubre de 2006

Así se robó Carnaby Street

Digámoslo alto y claro: ¿quién se está lucrando con la locura de Leopoldo María Panero? ¿Quién está detrás, quién gestiona sus derechos de autor? ¿Quién le echa azúcar al café tras el que ha de ir a firmar a la feria del libro? ¿Quién le hurta las monedas de su creatividad tutelada o se la paga con un puñado de cigarrillos?
Leopoldo María Panero es un hombre solo rodeado por buitres que hacen befa del cadáver de su mandíbula. Leopoldo María Panero es un hombre sin tarjeta de crédito. Leopoldo María Panero vive a ratos en un manicomio en el que la comida es aceitosa y está preparada por una empresa nacional de catering. Primero, Felicidad; luego, el poeta italiano; y ahora, ¿ahora quién? El Estado enajena los derechos de los locos para repartirlos entre sus familiares y amigos, ¿pueden los locos enajenar al Estado? ¿Sacarlo de quicio al menos?
Reímos, pero mientras la risa se coagula en nuestros labios, Leopoldo María Panero sigue sin tener aún pagado su próximo entierro.
D. Ferdydurke, Madrid 2006.

viernes, 7 de julio de 2006

lunes, 6 de febrero de 2006

El último gran héroe

Tengo miedo, presiento que mi destino me va a deparar un giro desafortunado tarde o temprano, ayer miré a los ojos al último gran héroe.
Lo vi en Carnaby Street, salía de los baños públicos cubierto de una áurea de remordimiento. Agotado, sucio, maloliente y, desde hace tiempo, mudo por vocación, siendo niño ya evitó que su hermano apretara el gatillo de la escopeta de caza de su padre para matar a un cura meticón (que les cobraba una perra chica por paloma que mataban en el campanario de la iglesia del su pueblo) una mañana de viernes de dolores, cuando todavía era un monaguillo pelón. Años más tarde sería el sustituto del último asesino del presidente y el que, mucho antes del atentado fallido contra el Papa, planeó tantas veces matarlo. Su frustración intelectual se resume en una vocación baldía: se le recordará como el poeta que nunca escribió ni una maldita línea recta. Le perdieron la pista después de que dejara su último trabajo conocido: periodista en un pueblo de la provincia de Badajoz. Ahora anda encorvado por ahí, pero sin motivo; yo creo que no le deben achicar ni la vergüenza ni la mala fama, porque sé de buena tinta que renunció a la judicatura y a la política por remordimiento de conciencia anticipado. Durante el tiempo que malgastó en su juventud cursando Licenciatura, interpretaba el papel de Sancho Panza en obras de teatro de poca monta y lo hizo también en varios puticlubs de carretera. Sé que he de cuidarme de no cometer los mismos fallos que él y sé que tengo que hacer bien las cosas; terminarlas, quiero decir. Me advierto a mi mismo, me basta con mirar al último gran héroe que ahora chupa pollas en baños públicos para ganarse la vida, para darme cuenta de todo el horror que puede nacer del destino si no terminas de apretar el gatillo. Y no penséis solamente en la maniobra descriptiva que he podido llevar a cabo en estas líneas, pensad en vuestro servicio público particular.
C. Índico, Londres 2006